Hoy, en Río de Janeiro, murió el querido José Meirelles Passos.
Corresponsal en Buenos Aires y en Washington, cubrió guerras, elecciones, crisis, catástrofes y hechos históricos para Veja y, luego, para O Globo. Pero por encima de eso, quiso tanto al periodismo que se convirtió en referente y maestro de quienes estuvimos a su lado.
Yo fui uno de esos afortunados. Durante mis cuatro años como corresponsal ante la Casa Blanca compartí con él las oficinas en el National Press Building. Y no me alcanzan las palabras para describir todo lo que aprendí junto a él y de él.
Gracias, José, por tanto. Jamás olvidaré tu sonrisa, tu paciencia, tu nobleza y tu bondad, maestro.
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