Comparado con Uruguay, el Gobierno argentino importó gasoil pagando un sobreprecio promedio del 7 al 10 por ciento, con picos que superaron la brecha del 15% durante los últimos dos años, según surge de contrastar las planillas oficiales de las compras efectuadas durante ese período por ambos países y verificaron expertos aduaneros, navieros y energéticos.
La diferencia representó un costo adicional para las arcas del Estado argentino de hasta US$ 120 millones, sólo entre 2010 y 2011, que se desembolsaron en plena crisis energética a un puñado de empresas navieras liderado por dos firmas responsables del "trading", Glencore Argentina y Vitol Argentina, y en tercer lugar,
En todos los casos, las compras desde esta orilla del Río de la Plata las dispuso el Ministerio de Planificación Federal, que lidera Julio De Vido, a través de
Hasta aquí lo publicado ayer en el diario LA NACION, lo que puede leerse acá.
Pero tras la publicación, me chiflaron de Uruguay que no es tan así como “peras” y “manzanas” como argumentaron junto a De Vido. En particular, por dos motivos:
1) porque ANCAP en Uruguay también compra gasoil con bajo porcentaje de azufre para sus centrales de ciclo combinado; y
2) porque muchas veces los barcos que traen el combustible hasta Buenos Aires hacen escala previa o posterior en Montevideo para descargar parte de ese gasoil (lo que explicaría, por ejemplo, que Vitol haya competido en una de las licitaciones uruguayas cuya copia obtuve, y que la firma perdió).
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