Julio Cortázar escribiría magia con solo verlo. Y creo yo que cualquiera que no escribiera con los codos (con lo cual quedo eliminado en la fase de grupos, ni a octavos paso), podría divertirse de lo lindo.
Porque sí. Porque a veces la realidad supera la ficción. Y porque el latiguillo ese de que una imagen vale mil palabras se cumple a rajatabla.
Gentileza de un buen amigo, me llegó esta maravillosa imagen de una esquina no-tan-cualquiera de París. Una ciudad que era y es una fiesta (stealing from Hemingway) y en la que es posible cobrar una cometa, lavarla y, de paso, tomarse una birra. Todo en la misma esquina.
C' est magnifique!
pd: Merci beaucoup, mon ami.
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