No importa el valor llave de la empresa, ni que se encuentre
en pleno proceso de producción, ni la tasación del “fondo de comercio” o sus
máquinas y el predio de Don Torcuato. Para la familia Ciccone, que sólo retuvo
el 30% de las acciones para beneficio del misterioso The Old Fund, la
expropiación se resumirá en una sola palabra: cero. Eso es lo que esperan
cobrar por la que fue su multimillonaria compañía, según dos miembros del
círculo íntimo familiar y dos profesionales que los asesoran desde hace años.
“Ya nos quitaron la empresa, nos quitaron nuestras fuentes
de trabajo y nos quitaron a Héctor”, graficaron desde la familia.
Atribuyen la muerte de uno de los dos fundadores, Héctor Ciccone, al desgaste que
comenzó dos años atrás con el desembarco de Alejandro Vandenbroele y The Old
Fund con sus $ 50 millones que aún se ignora de dónde salieron.
Los Ciccone también comienzan a dejar trascender ciertos datos. Como el presunto encuentro entre el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, y el fallecido Héctor. Habría ocurrido en un bar de Puerto Madero, según reveló ayer Clarín (ver la GRAN pieza periodística, acá). Apenas uno de muchos datos más que la familia amenaza con ventilar.
Cero es, en tanto, el objetivo trazado por el ministro de
Economía, Hernán Lorenzino, flamante interventor de la ex Ciccone (rebautizada
Compañía de Valores Sudamericana), cuando anunció su ingreso y el proyecto de
expropiación. Pero lograrlo dependerá de una compleja fórmula que posicionará
como protagonistas decisivos al Tribunal de Tasaciones y al concurso de
acreedores que se instruye desde hace años en la Justicia.
pd. el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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