Este es el caso de Leonardo Fariña, al que prendieron fuego en el programa de Jorge Lanata, con la fuerza de un terremoto y secuelas en el mundillo político y judicial aunque vaaaaaarios canales de televisión y emisoras de radio ni se den por enteradas (otro ejemplo concreto de la aplicación práctica de la Ley de Medios).
Así es como otro de los piratas, Federico Elaskar, detalla cómo operaban Fariña y otros valijeros (que tanto y tan bien honraron el título de este humilde blog), con bolsos y mochilas, y eso sí: todo cash.
En el diario, hoy aportamos unos datos más sobre las andanzas de Fariña.
Expansivo y
suelto de lengua, como quedó inmortalizado anteanoche en televisión, Leonardo
Fariña ya había dejado una impresión similar dos años antes, en distintas
reuniones empresarias a puertas cerradas. Ocurrió cuando se presentó en varias compañías
telefónicas para anticiparles potenciales negocios con el Gobierno para los
que, de inmediato, se ofreció como intermediario.
La impresión que
dejó entre sus interlocutores, sin embargo, fue pésima, según indicaron varios
de ellos a LA NACION. Entre otros motivos, porque en una de las reuniones
apareció con una remera blanca, a la moda, pero con manchas evidentes y
flagrantes de tuco.
Fariña impresionó
menos aún a los ejecutivos porque les dejó una carpeta de presentación de su “consultora”,
en la que a lo largo de 23 carillas combinó errores de ortografía, pocas
precisiones y varios tropiezos groseros. ¿Un ejemplo? Indicó que uno de sus “proyectos
en curso” de “estructuración financiera” era junto al “Stanley Morgan”, en
alusión al banco de renombre mundial Morgan Stanley.
pd: el resto de la nota publicada en La Nación, acá.
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