No pensaba escribir este post. Pero me pareció maravilloso el dibujo que trazó mi colega del diario, Alfredo, para ilustrar mi nota sobre la más grande usina de facturas truchas y creo que la situación se invirtió y la sola imagen justificó el artículo.
El dibujo, más simple y elocuente, imposible.
Porque escribí sobre Roberto Gustavo Viazzo, el más grande "panadero" de facturas apócrifas que jamás conoció la historia tributaria argentina. Que quizá incluso siga horneando sus truchadas en alguna ciudad del interior (o quién sabe, quizá incluso en la propia Buenos Aires).
Pero el dibujo fue más allá. Y aunque yo consigné varias de las grandes empresas que se beneficiaron de la Panadería Viazzo (Metrovías, Ledesma, Atanor, Siemens, Coto, Disco, Gotti, Telecom y un larguísimo etcétera que incluye también al mismísimo Congreso de la Nación), y que estas prestigiosas firmas terminaron por acogerse a la moratoria por más de $ 615 millones, la imagen muestra mucho más.
Muestra, en suma, que para bailar el tango se necesitan dos. El que hornea la factura apócrifa y el que se la lleva y la filtra en sus balances para evadir impuestos o esconder el pago de coimas.
pd: la nota, acá.
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