Corría febrero de 2003 y, harto ya de las idas y vueltas, el lobbista e intermediario de los rubros más escabrosos del Proyecto DNI decidió poner por escrito sus reclamos y advertencias.
Para eso, le escribió una carta dirigida a Andrés Truppel, el CFO de Siemens Argentina, y a Herbert Steffen, quien se ganó el apodo "Míster Argentina" tras presidir la filial local de la multinacional durante varios años. Steffen viviría luego una situación increíble con (y su propio apriete por) un juez federal argentino, pero eso será el centro de otro post...
La cuestión es que bajo el rótulo "Confidencial" [ver arriba], Sergi le recordó a ambos las reuniones secretas que mantuvieron en Miami y en Madrid, y los acuerdos verbales sellados en ambas ocasiones.
Sergi también les anticipó que si no se concretaba lo acordado (es decir, más $$$), abriría un tan incómodo como multimillonario reclamo arbitral en Suiza o en Estados Unidos, prescindiendo del acuerdo de confidencialidad.
Lo interesante es lo que escribió a continuación: "Esto podría ir en detrimento de la imagen de la compañía y de sus ejecutivos. No asumiremos ninguna responsabilidad por este riesgo muy real". En particular, recordó, desde que actuó siempre "de acuerdo a los deseos de la corporación".
Eso y lo que dijo Sergio Schoklender al recordar que él era apenas un empleado de Hebe de Bonafini es lo mismo. Es decir, "si yo bailo, vos bailás; y si yo caigo...".
Mal no le fue a Sergi con su apriete...
pd: más datos, en el libro.
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