No sólo los peronistas (version menemato, duhaldismo y K) quedaron bajo sospecha a la hora de lidiar con Siemens. No. También algunos radicales bailaron al son de los billetes.
Así surge de los documentos internos de la multinacional germana que, sin embargo, marcan un fuerte distingo entre los compañeros y los correligionarios.
A la hora de lidiar con funcionarios menemistas, los ejecutivos alemanes se muestran convencidos de que sí, de que el dinero se envió y de que llegó (en todo o al menos en parte) a destino.
Pero cuando de radichetas se trata, como siempre, la mano comienza a complicarse, a dar vueltas y, al final, no queda claro qué pasó.
¿Cómo es eso? Pues que el entonces ministro del Interior, Federico Storani [foto], figura como presunto receptor de US$ 6 millones que Siemens le giró para evitar que la Alianza rescindiera el contrato. Y el dinero salió de las cajas negras de la compañía. Pero nadie está seguro de si llegó a destino.
O dicho de otro modo… si el o los intermediarios (o uno de su propio equipo) se comieron la guita. O si quien intermedió invocó el nombre de Storani en falso. O si…
En suma: Siemens abrió su billetera, que Carlos Sergi participó en múltiples negociaciones en los que se habló de aceitar a funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa (Miami Beach, julio de 2001, es una de ellas), y Storani figura en los registros de los piratas junto a dos de sus colaboradores (Miguel Berri y César Martucci), pero que nadie tiene claro qué pasó. Si cobró o si lo caminaron.
Lo que sí queda claro, en simultáneo, es que Siemens acumuló desde entonces un profundo resentimiento por Carlos Sergi y por un radical en particular, Berri. Pero los motivos de eso serán centro de otro post.
pd1: en cuanto logre escanearlo subiré uno de los memos en los que aparecen Storani y Berri junto a la cifra mágica de los US$ 6 millones.
pd2: más datos, en el libro.
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