Carlos Dada, el gran director del estupendo portal de
noticias e investigación de América Central, El Faro, recibió el premio Anna Politkovskaya,
por la labor periodística de todo su equipo en situaciones de altísimo riesgo.
A Politkovskaya la asesinaron por su labor periodística. Por
denunciar al poder político y económico de su país, la Rusia de Vladimir Putin
y sus ami-socios.
Por eso es valioso el premio, por eso es bueno recordar,
como lo hizo el portal El Puerco Espín, el discurso de aceptación de Dada.
¿Qué dijo?
“En su última columna, llamada 'De qué soy culpable', Politkovskaya hablaba del ejercicio periodístico realizado en estas condiciones, en las que los independientes, los que retienen los principios y las razones que nos trajeron a este trabajo, son los menos ante un ejército de periodistas complacientes y entregados a los intereses de los poderosos. Los koverny, les llamaba ella. Payasos rusos cuyo trabajo era entretener al público mientras el escenario era cambiado”.
Más adelante, Dada agrega sobre Politkovskaya:
“Mantenía probablemente esta idea romántica de que podemos
cambiar el mundo con nuestro trabajo, de que la publicación de esas historias
evitará más muertes, más atropellos; de que la denuncia es una manera efectiva
de combatir la impunidad.
No sé si es efectiva, pero es la única que tenemos”.
Para leer, meditar, cargar pilas y refrescar ciertas
premisas de este oficio.