De todo un poco. Desvíos para cuentas propias, para
bolsillos ajenos, para comprar terrenos y barcos, para pagar indemnizaciones
laborales (en negro) y hasta para solventar obras públicas con fondos, también
públicos, pero que estaban destinados a otros fines. En suma, el cálculo
preliminar de la Justicia es que Sergio Schoklender habría desviado al menos
283,6 millones de pesos, más otro 1,3 millón de dólares de las arcas fiscales
desde 2005, según surge del expediente.
Schocklender actuó, sin embargo, junto 15 colaboradores en perjuicio de la
Fundación Madres de Plaza de Mayo. Lo ayudaron durante cerca de seis años,
según el juez federal Norberto Oyarbide, quien incluyó a María Alejandra
Bonafini entre los acusados, pero dejó afuera a su madre, Hebe Pastor de
Bonafini.
El perjuicio abarcó, además, al Estado nacional, a la Ciudad de Buenos
Aires y a varias provincias, como Chaco y Salta, al tiempo que el dinero
desviado abarcó, entre otros, campos y terrenos adquiridos en Santa Fé, por $ 4
millones, Misiones, por US$ 925.000, y Chaco, por otros 900.000 pesos.
El presunto desfalco, sin embargo, no sólo abarcó dinero en efectivo, sino
que también incluyó “la adquisición y utilización de manera irregular de
materiales de construcción de la Fundación” para fines particulares. Entre
otros, para 20 inmuebles privados vinculados a la ex esposa de Sergio
Schocklender, Viviana Sala, a su hermano Pablo Shocklender y hasta al colegio
Jean Piaget, entre otros.
pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.
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